- 6 diciembre, 2023
- Diego C Herrera S
Siempre trabajamos por tener todas nuestras cosas en el mejor estado posible. Todos hemos desarrollado algún gusto o “hobbie” que en su momento nos llenó de placer y hasta orgullo, ya sea por ir haciendo todo lo posible por tener una colección completa o simplemente con irla haciendo crecer más y más. Un ejemplo muy marcado es aquel que tengo de mí tía, quien durante varios años estuvo juntando tazas de cerámica de los lugares a los que tuvo oportunidad de viajar en su vida.
En un principio eran tazas de lugares nacionales, ahora mejor conocidos como Pueblos Mágicos, son tacitas sencillas, hechas en barro con algunos detalles de grabado o diseño en el mismo barro como un souvenir. El detalle se volvió interés al punto de que ya no solo era una tacita “no más porque sí”, al contrario, se debe buscar una que sea “muy vistosa” o “muy significativa de lugar”. Esto es importante porque conforme iba creciendo la colección y el esfuerzo de tener una taza diferente a otra, hizo que mi tía fuera catalogando las tazas y empezándole a dar una atención diferente de cuidado en casa. Mientras que unas más sencillas (no precisamente las primeras) llegaron a un estante simple o incluso tener un uso diario, otras pasaron a una repisa un poco más ostentoso y ser presumidas en la cocina, por último, las favoritas pasaron a una vitrina con buen cierre para evitar el polvo e incluso cuando llegaban visitas las iluminaba para que se pudieran presumir bien.
Podemos darnos cuenta de un tema implícito, pero importante. Si bien es cierto que todo lo que hacemos parte de nuestro entorno tiene una razón de ser, también es cierto que hay cosas que tienen un valor más crítico, crucial o valioso que otros. En el caso de mi tía, las tazas que incluso son de uso diario tienen el mismo aprecio de ser recuerdos de alguno de sus viajes, pero a la vez existe el valor de “si se rompen o dañan” no hay problema en darles una atención de arreglo, por lo que se mantendría el mismo valor de contar con ellas y se pueden usar nuevamente. Mientras que las tazas ubicadas en la repisa de la cocina están con un nivel más alto de “quiero tenerlas para presumirlas e incluso usarlas, pero quiero evitarlo en la medida de lo posible” y ni decir de las que están en la vitrina que “no tienen posibilidad de usarse como tazas”. Esto mismo pasa con la infraestructura que se cuenta en un centro de datos.
¿A dónde nos lleva esto? La verdad es que hoy en día se disponen de diferentes contratos de soporte que tienen como objetivos ser un apoyo a sus clientes al contar con diversas atenciones para un mismo cliente. Hoy, no se necesita tener un único nivel de soporte para todos los servidores, equipos de almacenamiento, switches y rourters de redes, ya que cada equipo se desenvuelve de distinta manera, analizando su funcionamiento en la compañía. Si se cuenta con un equipo que se usará para funciones que consideramos útiles, así como su desarrollo y aplicación puede tolerar caídas de servicio, la verdad es que estos equipos requieren de un nivel de atención reactivo de se dañó, hablemos al soporte para que lo reparen y vamos hacia adelante, similar a las tazas que usa mi tía de diario que, si se rompen, saca un pegamento, las arregla y las vuelve a usar.
El siguiente nivel de atención es una forma más proactiva que se encarga en ir conociendo a la infraestructura y su funcionamiento para preparar a nuestra gente de sistemas y de servicios para programar servicios de limpieza o mantenimiento, con el objetivo de evitar caídas de servicios de la infraestructura, haciendo la analogía de las tazas en la repisa, cuentan con cierta atención proactiva porque aunque están con la posibilidad de usarse, realmente se tiene una atención de cuidado para gastarse lo menos posible y evitar daños.
Y para tener un ejemplo del nivel de atención de una vitrina el cual, debe estar protegida, podemos verlo en la parte de la seguridad de los servidores, estos deben estar completamente hermético ante vulnerabilidades, fuentes y personas externas a la empresa, los datos al darle un contexto se convierten en información importante, el cual se debe manejar y almacenar con las medidas necesarias, y en lejano caso que se llegue a exponer, se arregle en un periodo de tiempo corto.
¿Y por qué estamos leyendo esto? Porque debemos entender que todo tiene un valor específico y más importante, hoy hay ofertas de los niveles de valor que se necesitan. No solo se ocupa un nivel de repisa o vitrina para los equipos de infraestructura, los equipos tienen diferentes funcionalidades e importancia dentro del ciclo de vida del desarrollo, y un nivel de corto alcance que solo es adquirido para ahorrar costos al tener un inconveniente este no puede llegar a funcionar. Por eso es importante apoyarse con gente especializada como el equipo de LEAN Titanium Solutions, en donde podemos acotar los alcances de servicios y los niveles de respuesta que realmente necesitan los equipos en pro de optimizar los recursos y no desproteger nuestras tazas.